Pequeñas Luciernagas

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sábado, 1 de octubre de 2011

Amores que matan.

Entre a mi habitación corriendo, los ojos empeñados por las lágrimas apenas me permitián ver las cosas que iba echando a la vieja maleta grisácea y descolorida… la luz amarillenta de la mesilla apenas alumbraba y lo hacía todo mas triste aún… a toda prisa metí las cosas imprescindibles, necesitaba irme de allí lo más pronto posible, las paredes, el suelo, las ventanas, cada mueble, cada foto…todo me recordaba a él, y justo eso es lo que quería remediar… cerciorándome de que él aún no había llegado a la casa salí a toda prisa hacia el salón, cogí las llaves del viejo mini y arrastrando la maleta hasta el coche me fui… no tuve valor de llamarlo y explicarle el porqué de aquella decisión tan drástica, no fuí capaz de hacerlo ni por sms, ni siquiera dejarle una nota en la mesa del comedor, lo máximo que pude hacer fue escribirle en aquella pizarra colgada en el frigorífico: “No me llames.” 
No podía, no quería hacerlo, lo único que quería era desaparecer de aquel sitio que tantos recuerdos me traía, alejarme de aquella casa, complice de tantas noches de pasión, testigo de nuestro amor incalculable e interminable, o eso creíamos… Y lo hice, me aleje de allí lo máximo que pude, lo que mi escaso dinero en metálico y la gasolina del coche me permitieron..
 Apagué el móvil y reinicié mi vida.

4 comentarios:

  1. Oh , me encanta , aunque sea una despedida amarga yo creo que haria lo mismo , olvidar el pasado , justo lo que me hace falta ahora , me encanto tu blog , y sin duda te sigo bsos :)

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  2. Y ella porque se iba? el amor se había acabado? o simplemente nunca fue amor. ¿por qué el amor mata?
    me deja pensando.
    cuidate y bonita blog y bonita música de fondo(:

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  3. Precioso blog, me encanta! te sigo, un besito <3
    pásate bienvenidoalavidaa.blogspot.com

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