Una gran toalla azul en la que se dibujaba el torso de un hombre desnudo, las chanclas de playa naranjas junto a ésta, y un pequeño bolso de esparto y cuerda que llevaba lo imprescindible dentro, un teléfono móvil, una cámara de fotos y algunas monedas sueltas.. Sobre la toalla una chica muy bronceada aprovechaba los últimos rayos de sol de aquel caluroso día..
Más allá en las rocas, justo al lado del acantilado dónde se sitúa el famoso pico del águila, los pescadores comenzaban a instalarse a la espera de una fructífera noche de pesca...Muy cerca de estos, varias barcas ancladas en la arena, esperando que algún marinero las pusiera en marcha..
En el horizonte el mar se fusionaba con el cielo, formando los dos un gran lienzo azul y blanco en el que las gaviotas revoloteaban ansiosas en busca de algún pececillo despistado..
Allí estaba de nuevo , exactamente como la primera vez que pise aquella arena y que sentí que aquella playa, aquel rinconcito, siempre tendría un hueco en mi corazón.
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